14 de diciembre de 2024
6 de noviembre de 2024
La primavera en mí
La primavera en mí
Los primeros rayos de sol, al principio con timidez, y
después con más alegría, empiezan a besar el encaje blanco de los árboles
dormidos. La cálida luz traspasa las ramas y dibuja en la nieve unas
intrincadas figuras. Y, poco a poco, el sonido de las gotas llena el aire con
la melodía de la primavera. Pim pam, pim pam, pim pam… La corteza se vuelve oscura
por la humedad. Las ramas, desprendiéndose del peso, se enderezan con alivio.
Algunas, ya rotas, pierden su preciada savia. Unas caerán al suelo y se
pudrirán, otras, con un poder inexplicable, curarán sus heridas y volverán a
llenarse de tiernas hojas.
Los diamantes
de la nieve se resisten al desvanecimiento y brillan con la fuerza de un animal
herido. En algunos lugares ya se asoma la tierra. El musgo verde esmeralda
retiene las gotas de agua. De vez en cuando se ven las delicadas campanillas de invierno. Son las primeras flores al salir de la tierra dormida. Algunas brotan
de entre el manto blanco. Con sus verdes y finas hojas crean un contraste lleno
de vida. Su tallo delgado aguanta una preciosa florecilla blanca, que cabecea
al vaivén de la brisa. Su aroma sutil y ligeramente dulce, se expande por el
bosquecito.
Ahí se ve un carbonero.
Y otro… Y otro… Son pequeñas aves, muy guapas y espabiladas, que, con las plumas
de azul y amarillo, destacan sobre el fondo blanco. Sus trinos, ahora más
alegres, cantan las alabanzas a la primavera. Ellos también se han cansado del
frío.
Solo a unos
pasos más allá, justo detrás del viejo roble, se oye el susurro del agua. El
riachuelo, libre de hielo, se abre el camino entre la nieve y divide el claro
del bosque con un corte irregular. En unos días, crecerá, se desbordará y
correrá hacia el sur, entregándose al Gran Río. Y de ahí, al mar.
Cómo pasa el
tiempo. Ya ni me acuerdo de cuantos de estos despertares yo he visto. Al
trigésimo segundo dejé de contar. A estas alturas ya conozco todos los árboles,
sus ramas, las flores, las aves y hasta algún que otro ciervo. Los zorros y
lobos, nunca se quedan. No les gusta mucho esta parte del bosque. Y los
comprendo. Sé que me tienen miedo. No creo que sea algo personal. Es más bien
por su instinto.
Me encanta la
venida de primavera. A través de los árboles puedo observar qué hay más allá.
En invierno, todo es monocolor. Pero ahora, veo manchas oscuras y verdes de la
tierra. Los sonidos y olores me traen a la memoria cosas… Las bellas cosas que he
vivido. Aunque poco a poco mis recuerdos se desdibujan como las huellas en la
nieve que se derrite.
¡Ah!, qué
pena es la mía por no poder ir más allá de este montículo. Mi destino y castigo
es dar vueltas y vueltas a su alrededor. Estoy anclado a él … Para siempre. Es donde
yazco. Esta es mi tumba…
06/11/2024, Gijón
1 de mayo de 2024
El ocaso
El ocaso
Cierro los ojos, sonrío. Respiro. Me empapo de este momento de paz y de belleza. Abro los ojos. Miro abajo. Veo a mi viejo perro que está retozando en el prado como un cachorrito. Y más allá, en el linde del bosque, caminan dos personas, cogidas de la mano. Nico se olvida de su cola y corre para saludarles. Me resultan familiares. Se parecen muchísimo a mis padres. ¡Sí, son ellos! Se ven jóvenes y muy felices. Miran hacia la ventana. Me ven. Me sonríen y me llaman. El perro no para de ladrar y dar vueltas. ¡Que bobón! Tengo que ir con ellos. Ahora. Hay tantas cosas que contarles. Casi toda mi vida.
Hecho un último vistazo a la cama. Ahí estoy yo, una anciana de noventa años. Me veo tan tranquila y relajada. Como si estuviera dormida. Salto por la ventana y empiezo a volar, volar y volar …
2 de marzo de 2024
No estás solo
NO ESTÁS SOLO
Hay circunstancias en la vida cuando te ves muy perdido, sin fuerzas vitales y emocionales para afrontar siquiera el día a día. Es una sensación muy extraña, muy particular. El miedo y las ganas de dejarlo todo se mezclan con una tremenda lástima por ti mismo. En estos momentos no hay ni un abrazo ni una mano amiga que valgan para ayudarte. Lo que experimentas es algo tan tuyo, tan interiorizado, que solo la soledad y una especie de catarsis te pueden aportar el sosiego.
Sal de casa. En vez de paredes de hormigón envuélvete con el silencio de un campo o el run-run del oleaje del mar. Busca un lugar tranquilo, lejos de todo, donde los amplios espacios te permiten contemplar la inmensidad. Te sentirás pequeño. Y tus problemas también menguarán.
Cierra los ojos, respira profundamente y espera. Muy quieto. Escucha al mundo que empieza a hablarte. Tú eres una parte importante de él. Lo que estás viviendo lo han vivido muchos antes de ti. Lo que te ha tocado sufrir lo han sufrido otros tantos. El pasado, el presente y el futuro se confluyen en este mismo instante. Tú eres un eslabón de la cadena infinita de acontecimientos. No puedes romperte. Mira alrededor, levanta tu cara al cielo, llena los pulmones del aire purificador, permita que la brisa te acaricie suavemente y seque tus lágrimas. Reza… Pide… Suplica… Entrégate… Sé humilde…
Ahora estás despojado de todo. Eres tal y como eres. Ni bueno ni malo, solo tú. Y Él lo sabe. Él no te juzga. Él te conoce. Nada está oculto a su mirada. Él te oirá y te ayudará porque sabe que este es el momento de la real necesidad. Y el universo empezará a mover sus engranajes para echarte una mano.
Porque tú lo mereces…
25 de agosto de 2023
La fuente del tiempo
La fuente del tiempo
La vieja fuente, con su canto hipnótico, me dejó adormecida.
De
repente, yo, ya no era yo de ahora, sino una niña, que hacía flotar
los barquitos de papel en el estanque del jardín, detrás de la casa
de los abuelos. Las pequeñas naves de colores se mecían en las olas
y refulgían bajo los rayos de sol, llenándome de alegría y gozo.
Me
encantaba la fuente. Su
agua cristalina rebosaba un pequeño estanque y en el centro, una
figura de un angelito con alas, cubiertas de verdín. Por encima de
su bonita cabeza sostenía un ánfora del cual salía el chorro. Con
el sol, el efecto era mágico: las brillantes gotitas saltaban al
cielo en colores de arcoíris. Parecían piedras preciosas. Pero
cuando yo las tocaba con la mano, solo eran agua…
Han
pasado años. Ahora soy algo mayor. Es verano y hace mucho calor. Me
rio a carcajadas y a mi lado está un chico, pelirrojo y pecoso. Me
dice algo, se mete al estanque e intenta arrancar un nenúfar rosa.
Resbala y se cae al agua. ¡Será payaso! Me siento feliz…
Otro
salto en el tiempo. Esta vez, el mismo pelirrojo, pero ya es un
hombre joven; tartamudea, me mira con sus ojos de color cielo y me
dice que me ama. Se arrodilla y me da un anillo. Su piedra brilla
igual como las gotas de la fuente. Yo le digo que sí…
Un
remolino de años y recuerdos me transporta
a otra época: a mi lado, justo en el borde del
estanque hay un niño
pequeño con el pelo
como fuego y los ojos
verdes. En sus manos,
un barquito de papel. Me
llama «abuela» y me pide que le enseñe a flotar su pequeña nave
blanca. Esta no quiere moverse y los dos nos ponemos perdidos
intentando hacer las olas. Nos morimos de risa. Y por armar tanto
jaleo, aparece
un hombre mayor,
con canas entre su pelo
zanahoria y risa en los
ojos de cielo. En
sus manos trae una
cesta llena de
barquitos de colores…
—Abuela,
ven,
la comitiva ya sale para el cementerio. Mis padres te están
buscando, pero yo sabía que estarías aquí.
Este era también un lugar preferido del abuelo. Lo
echaré de menos. Tenemos
que irnos. Nos esperan.
21 de agosto de 2023
Nuestro tiempo
El tiempo somos nosotros mismos y vivimos sumergidos en él… Sí. Aunque suene a una locura. Estamos hechos de nuestro tiempo y del de los demás. Al preguntar: «¿Cuánto cuesta la barra del pan?», lo lógico sería decir: «¿Cuánto tiempo cuesta…?» Y así con todo. Cada céntimo, cada euro o dólar ‒ es nuestro tiempo. Lo gastamos para ganar el dinero y los otros lo gastan para producir el producto.
Creo que por esto pensamos que lo tenemos de sobra. Pero como el pan que ya está comido, el tiempo está gastado.
¿Suena pesimista? No, qué va. Solo es una aceptación del hecho que tampoco hay que llenar cada día de mil cosas y experiencias buscadas. La vida y el tiempo fluyen. Solo hay que elegir una nave y compañeros de viaje, soltar el amarre, izar las velas y disfrutar de la aventura.
A unos les tocará navegar en una pequeña y tranquila charca; a otros, en un gran lago; y, a los afortunados, en un océano sin fin, lleno de tempestades y días de calma…
20/08/2023, Gijón
26 de mayo de 2023
La Obra
La Obra
23 de mayo de 2023
Bajo la lluvia
Bajo la lluvia
¿En qué piensas?
¿Por qué no te atreves a cruzar la calle?
La lluvia se hace
más fuerte a cada minuto. El paraguas, que llevas, apenas te protege. Debajo de
tus pies se está formando un charco. Seguro que ya tienes calados tus zapatos.
Pero sigues ahí, clavada en la mitad de la acera, con la mirada ausente.
¿Esperas a alguien? Te veo llorando. Quiero acercarme, pero no quiero
asustarte. Estás tan ensimismada.
La lluvia ya es un
aguacero. En la oscura calle quedamos solo tú y yo. Por fin me decido y me
acerco muy lentamente hacia ti. No te asustes…
Mi hocico frío toca
tu mano. Te saltas un poco y enseguida la pones en mi cabeza.
13 de abril de 2023
Las ruinas
Las ruinas
30 de marzo de 2023
El viaje
El viaje
9 de febrero de 2023
Dilema
Dilema
Ella sabe que no hay
nada que hacer, solo nadar, dejándose arrastrar por el caprichoso destino. ¿En
qué momento ha perdido el control de su vida? — Se pregunta una y otra vez, y
sigue nadando en aguas turbulentas del mar de su vida. —¿Tendría que haber actuado
de otra manera? ¿Tendría que haber dado la espalda a todo y bajar de este
barco?
Las dudas vienen
como olas, zarandeándola y dejándola sin aliento. Apenas tiene fuerzas para
estar agarrada al timón y mantener el rumbo. ¿Hacia dónde?
Por fin, ella
comprende y acepta que el amor tiene aristas, que no es ni perfecto ni fácil;
saca las fuerzas de la briza e iza las velas para seguir adelante.
8 de febrero de 2023
¿Quién soy?
¿Quién soy?
Todo cambia alrededor, pero no ella. Solo una vieja patina, que capa a capa va cubriendo su cuerpo.
Ella no odia a los pájaros. Le encantan sus revoloteos y cuando le hacen las cosquillas. Son los únicos que valoran su existencia.
Hace tanto ya que nadie le pone las flores ni hace reuniones solemnes alrededor. De hecho, ya ni se ve su nombre, borrado por los años de caprichos del tiempo.
19 de octubre de 2022
La extraña pareja
La extraña pareja