4 de febrero de 2025

La suerte golpea dos veces

La suerte golpea dos veces 



El sonido de un cuchillo, aporreando la copa, interrumpió la animada conversación familiar.  
—¡Ya… no…  puedo… más!
—¿Y eso? Horacio, ¿se puede saber a qué viene tanta tontería? —Eustaquia, a punto de meterse en la boca otro trozo de la suculenta pechuga de pavo, miró por encima de las gafas de culo de botella a su marido.
—¡Que llevo con este sinvivir días y no lo aguanto más!
—Venga, hombre, desembucha. Que nos tienes en ascuas. —Su cuñado, le guiño el ojo.
—Cariño, ¿te acuerdas de cuando estuvimos en Madrid, yo me quedé en la cola en Doña Manolita? Era tan larga que daba una vuelta a la manzana. Tú te cabreaste conmigo y te fuiste de compras a El Corte Inglés.
—¡Y con razón! ¡Gastaste doscientos euros en un solo número, imbécil!…  Solo de recordarlo me pongo mala… Cof… ¡Cof!…  ¡Cofffff!…
 —Pues verás… Nos ha tocado. ¡Cuatro millones de euros! ¿Cariño? Eustaquia, ¿qué te pasa, mi amor? Te estás poniendo morada… ¡Por Dios! ¡Respira!…
—¡Se muere, imbécil!… ¡Haz algo!…  ¡Mi hermana se muere, joder!… ¡Se atragantó con el puto pavo!…
 —Buenoooooo… Cuando uno está en racha, está en racha… ¿Igual habría que
llamar a urgencias? No sé yo…




                                                                          04/01/2025, Gijón

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