La extraña pareja
El viejo con su paso renqueante se acerca a la orilla en busca de su amigo.
Es la mañana. El sol empieza a dar brincos sobre la superficie cristalina, llena de hojas. Los pájaros con sus trinos tejen una melodía. La brisa mueve las ramas para marcar el compás.
Ahí viene, blanco, majestuoso y resplandeciente, con su cuello frágil e infinito. Moviéndose, como en un baile, se acerca al anciano.
Se conocen hace ya cinco años. Los dos quedaron viudos en la pasada primavera. Por esto cada mañana se buscan el uno al otro para darse compañía.
Una extraña pareja.