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1 de noviembre de 2023

En la consulta


—¿Y tú por aquí, Paco?
—Bah. Me mandó la mujer a recoger unas recetas. Dijome que vaya en persona, que por más que llama al centro, no le cogen el teléfono.
—Cada vez peor. Citas para todo. Llame que te llame, no contestan. Mira, ahí sale Manolo.
—Hola, Juan, Paco. Vine a por los resultados. El otro día me chuparon la sangre y traje un bote de orina. A saber, qué buscaban estos matasanos. Total, estoy como un roble. Ácido úrico un poco alto, pero con beber mucho líquido, lo tengo controlado. Es lo que dijo la doctora.
—Juan, ¿y tú a qué viniste?
—A por una receta.
—¿Estás malo? ¿Qué tienes?
—Qué va. Ese cuerpo todavía aguanta la marcha. El otro día conocí a una moza por esas cosas de internetes. Me lo enseño mi nieto. Está de buen ver. Tiene sesenta y pico, viuda. Quedamos para tomar un café y nunca se sabe como termina la cosa. Y uno ya no es chaval. Necesito algo de ayuda. A ver si el médico me da pastillitas de esas.
—¡Ostras, Juan! No te irás para casa sin contarnos nada. Te invito a un vino. Hay que beber líquido que me lo mandó la médica.
—¿No será el agua?
—Y yo al siguiente. Pero ni mú a mi mujer. Si les pregunta, he tomado un descafeinado con sacarina.
—Vaya dos. Esperadme en Casa Pepe. No tardo. Y pedid que prepare una tapa de esos torreznos tan ricos que tiene.



                                                                                 01/11/2023, Gijón



                        Este relato es para el concurso de noviembre del blog El Tintero de Oro.


Aquí pueden leer la historia anterior sobre Paco, Juan y Manolo .



12 de septiembre de 2023

La bendición caída del cielo

   El valle y su pueblo, sedientos y con el verdor quemado, llevan semanas esperando por las preciosas gotas de la lluvia. Las hojas enroscadas de eucaliptos y los matorrales entre sus troncos podrían prenderse con una mínima chispa de algún desaprensivo amante de fuego. Los vecinos bajo el sol inmisericorde, en cuadrillas, trabajando a destajo, limpian los cortafuegos. Todo es poco para prevenir el desastre.
Los pájaros, cansados y perezosos por el calor, dejan sus trinos para el anochecer. Las vacas ya no se ven desperdigadas por los prados. Buscando la sombra, los rumiantes se esconden bajo las ramas protectoras de los árboles. A las tres de la tarde un silencio espeso cubre el valle y los montes alrededor. El calor es insoportable. Los paisanos del pueblo dicen que es para la lluvia. Ojalá.
   Pero los viejos no se equivocaron.
   Detrás del pico más alto han aparecido las nubes de gris plomizo con toques violeta. Y con ellos, los truenos. Su sonido es ensordecedor. Todo tiembla. Da miedo. El can de los vecinos se escondió en nuestra casa. Pobrecito. Y mira que es un perro de pueblo. ¿No se supone que ellos están acostumbrados a todo? Los nuestros, que vienen de la ciudad, pasan de este ruido y duermen a pata suelta. Son unos afortunados.
   Y con los truenos llegaron los rayos que partieron cielo en trozos irregulares. El fuerte viento trajo el olor a lluvia. La bendita lluvia.
  Las primeras gotas dejaron las manchas en la tierra seca. Una detrás de otra, y así, poco a poco, el suelo amarillento, oscureció, tomando el color de chocolate con leche.
   Al caer la noche, el temporal se hizo más fuerte: truenos, relámpagos, el vendaval y agua, a raudales. Ha sido imposible dormir con toda esta fanfarria de la naturaleza.
   Cuando llegó la mañana, los tímidos rayos de sol atravesaron las nubes. Su brillo se reflejó en las gotas de agua, dejando la alfombra de yerba, llena de brillantes gemas. Parece increíble, pero solo en una noche, la flora ha despertado más verde que en los últimos tres meses. Es sorprendente ver de cómo la tierra aprovecha cada oportunidad para volver a ser exuberante y llena de vida.
   Y, mirando un poco más allá, al fondo del valle, se ve la niebla hecha jirones, suspendida por encima de los tejados de las casas. Los montes, de un verde oscuro, más cercanos, y en gris y marrón apagado, más lejanos, rodean el valle como los guardianes de aquel secreto despertar…





                                                                                                                     09/09/2023, Trabada, Lugo