Un trabajo perfecto
25 de abril de 2024
Un trabajo perfecto
6 de octubre de 2023
La salvación
(Continuación de "La huida")
10 de agosto de 2023
La mirada
25 de marzo de 2023
Muerto ya estoy...
Con el primer
disparo, José Carlos hundió su cara en su propia sangre. Todos quedamos
congelados viéndolo morir. La siguiente fue mi mujer, Mercedes. De su nívea
blusa brotó un jardín carmesí. Todavía veo sus ojos verdes como esmeraldas,
fijados en mí, pero muertos. El resto nos tiramos al suelo. Sonó el teléfono.
Nadie se movió a cogerlo. Me arrastré yo.
—Esto es un aviso. Si
publicáis algo sobre la Compañía, los siguientes en morir seréis vosotros y
vuestros familiares. —Colgaron…
Cinco minutos antes,
todos de la redacción del periódico, estábamos discutiendo de cómo soltar el
bombazo sobre la estafa millonaria de la Compañía que causó tantas víctimas
mortales.
Han pasado dos años desde aquello. Ahora en mi ordenador marcaré el “enviar”. Yo no tengo nada que perder…
Muerto ya estoy…
20 de noviembre de 2022
EN LA NOCHE
EN LA NOCHE
Hombre de negro
Es noche cerrada.
Silencio. No se ve ni un alma. El viejo barrio está sumido en un sueño
intranquilo. En alguna parte de la negrura empieza a oírse el eco de unos pasos
que poco a poco resuenan en toda la calle, pobremente iluminada.
Las paredes oscuras
de los edificios acechan al transeúnte. Las ventanas, cerradas a cal y canto,
son incapaces de proteger a sus habitantes de frío y humedad. Las sucias farolas
apenas dan luz para reunir enjambres de insectos. La atmósfera execrable llena
cada recoveco. Parece que el mismo mal está al asecho de algún incauto.
Al acercarse los
pasos, un gato callejero, muy cenceño, queda atónito en medio de la calle. Él
conoce el comportamiento insidioso y atrabiliario de los humanos y se mete en el
primer agujero que ve. Por ahora, estará a salvo. Los pasos continúan su
camino.
De repente unas
risas y el jolgorio rompen el tenso silencio cuando una taberna escupe a un
borracho. El tipo profiriendo obscenidades y con ganas de una buena trifulca
grita algo al transeúnte. Este se le acerca. Con un movimiento rápido un puñal
atraviesa las ropas andrajosas y el borracho cae con la mirada perpleja,
balbuceando un galimatías. El asesino limpia la daga con un pañuelo níveo y
prosigue su camino.
Más adelante, en una
pequeña plaza, un par de prostitutas se acercan a una farola para contar los
míseros peniques. Con este frío hay pocos clientes. Apenas les llegará para
pagar el cuartucho de mala muerte. Y para comer habrá que seguir trabajando. La
noche es larga. Igual les cae algún ricachón generoso.
La figura oscura con
pasos firmes se dirige hasta ahí. No lo esperan. Ellas, tan denostadas por los
demás, son una presa fácil. Nadie las echará en falta. No son nada, pero sus
corazones frescos serán perfectos para que el experimento siga adelante. El
Maestro estará complacido y le permitirá verla, aunque un minuto.
La daga brilla en la
noche…
14 de octubre de 2022
La huida
Ya son las nueve de la noche. El polígono está desierto. La ventana de mi oficina, que está al ras de la calle, es un faro. Todo el mundo ya se fue, pero yo sigo trabajando. El cierre del año me tiene exhausta y quiero irme ya. Por fin termino con el papeleo y salgo a la oscuridad.
El silencio me rodea. Estoy sola. Empiezo a caminar. Las escasas farolas, como silenciosos guardianes, apenas alumbran la calle. Huele a lluvia. Las primeras gotas me salpican la cara.
Detrás de mí oigo unos pasos. Me giro y no veo a nadie. Pero me siento observada y el escalofrío recorre la espalda. Otra vez el ruido, pero de algo metálico, arrastrado por el asfalto. Busco el móvil. Me tiemblan las manos. Estoy muerta de miedo. ¡Mierda! Lo he dejado cargando en mi mesa. Tengo que llegar al coche. Los cuarenta metros que separan mi oficina de la plaza del aparcamiento, ahora son kilómetros.
Empiezo a correr.
Los pasos, también...