10 de agosto de 2023

La mirada

   He llegado demasiado tarde: no quedaba nadie vivo.
  Los cuerpos de los refugiados estaban desperdigados por todas partes. A algunos faltaban las extremidades, a otros, la cabeza. Decenas de mujeres y niños terriblemente mutilados. El olor a sangre y vísceras me hizo vomitar. Vi un brazo pequeño, sujetando un peluche rosa. Caí al suelo encharcado, sin apenas fuerzas. Me ahogaba en rabia y culpa por no estar ahí. Grité, lloré… El eco de mi dolor llenó todo el recinto. Me olvidé por completo del peligro: el causante de aquella carnicería podría estar cerca.
   Y sí que estaba...
  Oí una respiración y jadeos. Provenían del rincón más alejado. Lo vi. En la oscuridad sus ojos, fijados en mí, inyectados de sangre, emanaban el odio visceral. Las pupilas amarillas tenían un brillo diabólico. Esta mirada no era de un ser humano, sino de una criatura hambrienta, salida de las peores pesadillas.    Cada poro de su piel exudaba una maldad primigenia. Su demonio interior estaba agazapado a la espera de una mínima ocasión para matarme...
   Pero no la tuvo: mi Desert Eagle con su última bala le reventó la cabeza.



                                                                                  





                                                                                                                                               09/08/2023, Gijón

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