14 de mayo de 2024
La Isla Bonita
13 de mayo de 2024
La víspera del joropo
La víspera del joropo
Quedaba un día para el joropo y
ella todavía no sabía si Marcelo vendría.
Nada más ver sus ojos
verdes y la linda sonrisa, que no se le quitaba de la cara, supo que era para
ella. Por más que su amigo maripozuelo le advertía que era un picaflor y que
contaba las copuchentas a todas las mozas de los pueblos cercanos, para ella
eran tan solo rumores y habladurías de los envidiosos.
Él hacía bailar su corazón como un rayo del sol en el agua cristalina del
arroyo. Todo en él la atraía. Para ella él era perfecto y … Lo amaba.
Marcelo, un huacho sin dinero y flacuchento, tocaba con la gran maestría
la marimba. Sus dedos con mucha delicadeza agarraban los palillos que recorrían
las láminas y ella imaginaba estos dedos sobre su cuerpo.
La semana pasada se han encontrado en el cocotal que quedaba más allá del
pueblo. Después de besarla con mucho brío,
le había confesado que era la única para él y que quería casarse con ella. Y
ella le contestó…
El grito de su madre
la bajó de las nubes:
—¡Hija, se te está quemando la
marucha! ¡Deja de soñar despierta y no me vengas con alharacas amorosas por un
muerto de hambre!
Quedaba un día para el joropo y
ella todavía no sabía si Marcelo vendría.
Nada más ver sus ojos
verdes y la linda sonrisa, que no se le quitaba de la cara, supo que era para
ella. Por más que su amigo maripozuelo le advertía que era un picaflor y que
contaba las copuchentas a todas las mozas de los pueblos cercanos, para ella
eran tan solo rumores y habladurías de los envidiosos.
Él hacía bailar su corazón como un rayo del sol en el agua cristalina del
arroyo. Todo en él la atraía. Para ella él era perfecto y … Lo amaba.
Marcelo, un huacho sin dinero y flacuchento, tocaba con la gran maestría
la marimba. Sus dedos con mucha delicadeza agarraban los palillos que recorrían
las láminas y ella imaginaba estos dedos sobre su cuerpo.
La semana pasada se han encontrado en el cocotal que quedaba más allá del
pueblo. Después de besarla con mucho brío,
le había confesado que era la única para él y que quería casarse con ella. Y
ella le contestó…
El grito de su madre
la bajó de las nubes:
—¡Hija, se te está quemando la
marucha! ¡Deja de soñar despierta y no me vengas con alharacas amorosas por un
muerto de hambre!
10 de mayo de 2024
El tío duro
El tío duro
—¿Qué, vas a llorar como una niñita? ¿Ya no eres tan terne? Me vas a suplicar que pare, mientras escupes los dientes. Lo que quedará de ti, lo tendrán que recoger con una pala. — El tipo me dio varias patadas en el estómago. Me doblé del dolor. Sus compinches le jaleaban.
» Por el rabillo del ojo avizoré a Marco haciéndome la señal de que el rescate ha salido bien. Mis hijos están a salvo.
» El odio y la rabia acumulados me impelieron al ataque. Cogí al cabrón por sorpresa. Con un fuerte puñetazo en los riñones y con una patada en su rodilla derecha, lo derribé al suelo. Me puse encima y con un twister le rompí el cuello. Los pandilleros se quedaron mudos. Ahora a por ellos…
—¡Corten! ¡Corten! Los del maquillaje, necesito más drama y más sangre. La cara del protagonista no está bastante maltratada. Los de la banda, no sois tan fieros como exige el guion. ¡Poneos las pilas! Vamos a repetir la escena. Cuando quieran.
—¡5 y Acción!
Mis ojos tumefactos apenas han visto venir el puñetazo. Ser un especialista es una mierda…
09/05/2024, Gijón
7 de mayo de 2024
El rescate fallido
El rescate fallido
He llegado demasiado tarde.
El graznido
estridente de los cuervos que sobrevolaban el pueblo y el olor dulzón de la
muerte no me prepararon para tan dantesco espectáculo. Los cuerpos mutilados de
los habitantes estaban por todas partes. A algunos les faltaban las
extremidades, a otros, las cabezas. Decenas de mujeres y niños destrozados. Ni
los hombres armados se salvaron. El olor repugnante me hizo vomitar. Tropecé
con un brazo pequeño, que agarraba un conejito rosa. Caí al suelo ensangrentado.
Me ahogaba en rabia y culpa por no estar ahí. Grité, lloré… El eco de mi dolor resonó
en todo el pueblecito. Me olvidé por completo del peligro: el causante de
aquella carnicería podría estar cerca.
Y sí que estaba…
Oí una respiración y
jadeos, seguidos de unos pasos. Lo vi. En la oscuridad sus ojos, fijados en mí,
inyectados en sangre, emanaban el odio visceral. Las pupilas amarillas tenían
un brillo diabólico. Esta mirada no era de un ser humano, sino de una criatura
hambrienta, salida de las peores pesadillas. Cada poro de su piel exudaba una
maldad primigenia. Su demonio interior, agazapado a la espera de una mínima
ocasión para matarme…
Pero no la tuvo: mi
Desert Eagle, con su bala del calibre cincuenta, le reventó la cabeza.
2 de mayo de 2024
La lluvia
La lluvia
La lluvia fría está cayendo,cayendo,
cayendo;
Llenando
los ríos con la vida
Que
desembocan en océanos inmensos,
Pintando
nuestro orbe en azul.
El
tiempo tritura sin piedad
Las
montañas por más altas que sean,
Reduciéndolas
a un simple polvo gris
Que
nos va cubriendo,
cubriendo,
cubriendo.
La
eternidad revela su rostro cruel
E
impasible ante la muerte de la vida.
Nacemos
entre lágrimas y dolor,
Vivimos
con temor a morir solos.
La
suave lluvia está cayendo,
cayendo,
cayendo
De
tus ojos ahogados en los míos.
Rogándome
que no me vaya
y
suplicando a Dios que me deje contigo.
Susurrando
tu nombre sin parar
Mi
triste alma se agarra al presente.
Mi
conciencia explota en estrellas,
Mientras
la vida me abandona
poco
a poco,
paso
a paso,
huyendo.
1 de mayo de 2024
El ocaso
El ocaso
Cierro los ojos, sonrío. Respiro. Me empapo de este momento de paz y de belleza. Abro los ojos. Miro abajo. Veo a mi viejo perro, el amigo de mi infancia, que está retozando en la hierba como un cachorrito. Y más allá, en el linde del bosque, caminan dos personas, cogidas de la mano. Nico se olvida de su cola y corre para saludarlos. Me resultan familiares. Se parecen muchísimo a mis padres. ¡Sí, son ellos! Se ven jóvenes y muy felices. Miran hacia la ventana. Me ven. Me sonríen y me llaman. El perro no para de ladrar y dar vueltas. ¡Qué bobón! Me tengo que ir con ellos... Ahora... Hay tantas cosas que contarles. Casi toda mi vida.
Hecho un último vistazo a la cama. Ahí estoy yo, una anciana de noventa años. Me veo tan tranquila y relajada. Como si estuviera dormida. Salto por la ventana y empiezo a volar, volar y volar…