Amor en el olvido
A la mesa del frente se acercó una pareja de ancianos.
Él apartó una silla. Ella se sonrojó y le obsequió con una tÃmida sonrisa. Ya sentados, él pidió los desayunos.
La camarera trajo zumos, fresas, café con leche, tostadas y una cestita con mantequilla y mermeladas. Ella se inquietó con tanto ajetreo. Él le cogió la mano y la besó. La miró con ternura y dijo que todo estaba bien y que esté tranquila. Le acercó el vaso con zumo. Después, unas fresas. Le untó el pan con mantequilla y añadió una generosa capa de mermelada de fresas, su preferida. Le acercó su taza.
Me sentÃa como una intrusa, pero no podÃa apartar la mirada de aquella escena.
El hombre se levantó para pagar. Cuando volvió a la mesa, la señora se puso nerviosa, como si estuviera desubicada. Él la cogió de la mano.
—¿Quién es usted? No lo conozco, déjeme tranquila.
En este mismo instante comprendà el significado del Amor.
30/05/2023, Gijón
Espero que nunca podamos definirlo.
ResponderEliminarYa... Yo también. Conozco esta situación y es horrible. Saludos.
ResponderEliminar¡Hola, Pluma del Este! Un micro conmovedor, el amor absoluto ese dar todo sabiendo que no vas a recibir nada. Somos lo que somos porque estamos construidos por recuerdos, sin ellos desaparecemos. En este caso, el amor logró que ese hombre recordara por los dos. Estupendo relato. Un abrazo!
ResponderEliminarConozco esta situación de primera mano, y es terrible para el cuidador. Muchas gracias por leerme, David. Un abrazo.
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