Nuestras palabras no habladas
reposan en completa soledad
entre las flores marchitas
de aquel jardín olvidado.
El tímido sol con su despertar
tiñe en dorado la muerte
prematura de la naturaleza,
otrora viva y llena de color.
¿Por qué no dije qué pensaba?
¿Por qué te dejé marchar sin más ?
Es tarde, lo sé, para decirte
que fuiste mi luz en la oscuridad.
El viento frío de las montañas
crea ventiscas de pétalos caídos,
que se enredan entre mis pies,
cansados de vagar buscándote.
Cientos de rostros a mi alrededor
y yo anhelo sòlo el tuyo, cuando
llega la noche con su silencio,
envuelta en estrellas lejanas.
La muerte no es un adiós
y más, cuando un amor inmenso
nos une con hilos irrompibles.
Espera por mi, ahí dónde estés.
26/05/2023, Gijón
Hola, Pluma del Este. A veces el ser humano es paradójico, a veces se ama y desea lo que ya no podemos amar ni desear, el recuerdo y la nostalgia hace nuestro amor más grande que el presente y el roce diario. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, David. Primero quiero agradecerte por volver por mi blog y leerme. Creo que nos falta la comunicación y saber escuchar al otro. También es un pecado mío que estoy tratando de combatir.
EliminarUn abrazo.
Hola, soy Elanor y te sigo desde hace poco en Facebook, es realmente hermoso, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarHola, Eleanor. Me alegro encontrarte aquí. Muchas gracoas por leerme y seguirme.
EliminarUn abrazo.