Fermín de Pompaelo
El obispo Fermín
contempla su ciudad, cuando el sol ya empieza a teñir de oro bruñido
los tejados de Pompaelo y sus calles estrechas se llenan del bullicio
festivo.
A Fermín le
agradan las ferias. Cuando era un muchacho, se mezclaba con los
vendedores, juglares errantes y gente, venida de Hispania y
Aquitania. Su padre, el gobernador, no lo aprobaba. Y para frenar el
ímpetu de su vástago, lo puso bajo la tutela del presbítero
Honesto, que lo envió a Tolosa, en Occitania, para completar la
formación. Cuando la fe cristiana lo llamó, Fermín solicitó que
lo ordenasen como sacerdote.
No sin dolor
recuerda aquella época. Desde la muerte de Cristo, los cristianos no
eran extraños en este mundo, pero los credos paganos todavía
oscurecían las almas de los no creyentes.
Hace unos cinco
años regresó a su querida Pompaelo, ya como el obispo, para
continuar con la obra de Dios. Hasta hoy.
Mañana, después
de maitines, Fermín de nuevo emprenderá el camino a las Galias. De
ciudad en ciudad, convertirá a miles de personas. La fe crecerá y
con ella, el miedo. Por esto los prefectos romanos lo querrán
muerto. Y bajo el manto de la noche, de su cuello brotará un pañuelo
carmesí.
28/05/2023, Gijón
Pompaelo - nombre de Pamplona en los tiempos del Imperio Romano.
Obispo Fermín - según las leyendas es gracias a él nace la festividad de Pamplona.
El pañuelo carmesí es el símbolo de la sangre que ha brotado del cuello de San Fermín.
Fuente: www.sanfermin.com
Fe y miedo. Cuanto daño hacen, tanto los que creen, como los que se escudan en esas creencias por interés.
ResponderEliminarEsto existe desde que existe el ser humano.
EliminarUn saludo y gracias por comentar.