Un jardín en la cabeza
“Si mis cuernos fueran
flores, yo tendría un frondoso
jardín en la cabeza”.
Proverbio popular
En un confortable sofá de un elegante despacho:
—Es mi mujer… Tssss… Hola, Tere… Aquí, liadísimo con
el papeleo y me da que tendré que viajar.
Ah, ¿sí? … ¿No te importa? … ¡Dios! Acabo de acordarme del aniversario
de tus padres… No podré ir. ¡Cuánto lo siento, cariño!… Ya… Dales un beso de mi
parte y no escatimes con el regalo… Sí… Tú me conoces y sabes que nunca fallo a
las celebraciones familiares. Eeh… Es que vino un cliente de Alemania y tengo
que irme urgentemente a… Madrid. Sí, sí… Hoy mismo… ¿De veras?… Y yo a ti…
—¡Al final lo resolviste, mi vida! ¡Qué ilusión! Iremos
de compras, a restaurantes… ¡Qué feliz estoy! Ven, que te lo demostraré…
—Mmmmm, siiiiiiiiii… Haremos lo que tú quieras, nena…
Qué raro… Me extraña que mi esposa no insistiera… Ni se cabreó conmigo. Es como
si se alegrara… Estaba rarísima…
En la cama revuelta de un lujoso hotel:
—¡Qué coincidencia! ¡Estamos de suerte! Así que tenemos
mucho tiempo… Ven, mi fierecilla… Ufff, cómo me pones… Te comeré entera…
—¡Ha salido mejor de lo que pensaba!… Y qué fácil. Ni
siquiera tuve que mentir… Mmmmm… Espera un momento. ¡Qué narices! ¡Mis
padres celebran su aniversario en un crucero que les regalamos!… ¿A qué vino lo
de darles el beso de su parte? De hecho, ayer él mismo los llevó al aeropuerto…
Qué raro todo esto. Bueno, al hecho, pecho y al cuerpo, alegría. ¿Dónde lo hemos
dejado, machote? ¿Dijiste “comer”?…
22/02/2025, Gijón
© La Pluma del Este