El pequeño ladrón
Lo despertó un ruido extraño...
Por la ventana de su tétrica habitación
divisó a una figura embozada en una capa negra, metiéndose en un callejón y
dejando unos bultos detrás de sí.
Gracias a su ingenio y audacia, Chris
sobrevivió en las calles desde el niño y vio de todo. Pero lo que encontró, lo
dejó aterrado: sus dos amigas, fulanas Katty y María, estaban tiradas dentro de
un charco de sangre donde se reflejaba la mortecina luz de la farola. En sus
blancos pechos rajados se veían unos enormes agujeros: les faltaban sus
corazones. ¿Qué monstruo pudo hacer esto?
El muchacho se santiguó y decidió seguir al
asesino, ergo olvidar del todo su instinto de supervivencia. Al ver que este
entró en un enorme y siniestro caserón, el chico se coló por la ventana del
sótano.
El oscuro interior apestaba a la carne
podrida y a algo más. Detrás de una vieja puerta se oía una voz carrasposa
murmurando: «Serenia… Me obedecerás... Sí... Aún por tu traición e infidelidad
seguirás conmigo… Estés viva o muerta…».
La curiosidad pudo con el chico y este, a
través del resquicio de la puerta, vio una habitación con estantería llena de
frascos y libros, una mesa y a un hombre siniestro en ropajes arcaicos
practicando algún tipo de ritual...
—Te ruego, déjame morir. Deja que me vaya.
Nunca lo conseguirás —. Suplicaba la voz de una mujer...
19/03/2023, Gijón