PRISIONERO
Mi mente encerrada sin barrotes
Con agonía lucha por salir.
Apenas se agarra al aquello
Lo que antes he podido vivir.
Y golpes en carne viva, sin dolor.
Mis verdugos ya no queman cigarrillos
Sobre los restos de mi cuerpo roto.
Yacen los trozos de mi humanidad.
Orgullo y honor, como despojos
En un rincón tirados sin piedad.
Pero la vida me sigue sin abandonar
En la inconsciencia de un dolor agudo
Que apenas puedo soportar.
Que me perdone por no saber huir
Y quedar como un buen soldado
Y resistir, resistir,
resistir…
La sangre, obligándome a vivir.
Señor, te ruego, te suplico que te lleves
Mi pobre alma lejos de aquí,
Aunque mi lugar es el purgatorio.
La misericordia ha muerto para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario