Con el primer disparo, José Carlos hundió su cara en su propia sangre. Todos quedamos congelados viéndolo morir. La siguiente...fue Mercedes. De su nívea blusa brotó un jardín carmesí. Todavía veo sus ojos verdes como esmeraldas, pero muertos. El resto, nos tiramos al suelo. Sonó el teléfono. Nadie se movió a cogerlo. Me arrastré yo.
- Estáis avisados. Sois los siguientes. Sobre la Compañía no se publicará nada.
Colgaron.
Cinco minutos antes, estábamos discutiendo de cómo soltar el bombazo sobre la estafa millonaria de la Compañía que causó tantas victimas.
Han pasado dos años desde aquello...Ahora en mi ordenador marcaré el "enviar".
Muerto ya estoy...
09/03/2023, Gijón
Muy bueno. Pone la piel de gallina. 🥰👑✍️
ResponderEliminarMuchísimas gracias, querida lectora.
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