Siente
el tacto de metal en la nuca, justo detrás de la oreja derecha. Otro
intento de lucha y sus sesos decorarán el salpicadero. El asaltante
lo dejó claro.
Lo
ha cogido por sorpresa, justo cuando entraba en el coche, y hasta
ahora no ha pedido nada, salvo conducir por la oscura y solitaria
carretera hasta su casa. Él no puede permitir que el desconocido
invada su hogar: su familia está ahí.
Cada
curva les acerca al destino. Los intentos de convencer al individuo
dejaron su cara hecha carne. Él sabe que más adelante hay un viejo
roble, pegado a la carretera. Pisa el acelerador a fondo.
El árbol
entra en el coche…
Un título perfecto para un ser humano y un roble perdidos
ResponderEliminarMuy buena observación, Amigo o Amiga. El árbol también "se sacrificó". Muchas por tener unos minutos para leer y comentar. Un saludo.
EliminarUn relato que has escrito con mucho acierto.
ResponderEliminarTatiana has conseguido dar a tu narración un ambiente como de novela negra.
El léxico está utilizado con tal
precisión que no le permite al lector ausentarse del tema
Soberbio final.
Ooooh, muchas gracias, Amigo o Amiga. Yo soy muy mental, jajaja. Primero imagino y monto una película en mi cabeza. Después intento ponerlo todo en papel. Como dijo una persona especial para mí, alguien muy reciente en mi vida: escribir es ordenar las ideas. Un saludo.
EliminarSACRIFICIO! Preferir hasta morir con tal de salvar a su familia!. El mayor acto de amor . Precioso
ResponderEliminarSomo capaces de todo por nuestros seres queridos, Muchas gracias por leerme y comentar. Un saludo.
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