Un trabajo perfecto
Un
trabajo perfecto
Decía mi padre, que en paz descanse: “En todo lo que
hagas, intenta ser el mejor. Un trabajo bien hecho requiere las mismas energías
que uno desastroso. Y el respeto de la gente será tu tarjeta de visita”.
He seguido su
consejo al pie de la letra toda mi vida.
Por ejemplo,
ahora mismo. Con mucha delicadeza voy echando el producto al agua y con la
paleta estoy mezclando los ingredientes. A mano. No me gustan los artilugios,
soy un artesano. Lo remuevo todo con constancia y calma. En esto las prisas no
son buenas. Por fin la mezcla adquiere una textura suave y ligeramente elástica,
con un poco de brillo lacado. Perfecta.
Con movimientos
precisos, desarrollados durante muchos años de mi total dedicación al oficio, voy
colocando un ladrillo detrás de otro. Ya no necesito usar el nivel. Mi ojo del
buen cubero sabe detectar cualquier defecto. Las filas rectas de ladrillos unidos
con mortero van subiendo a buen ritmo. Ya casi he terminado la pared.
Echo el
último vistazo a mi obra. Perfecta. Nada falta, nada sobra.
Pasarán
muchos años, seguro que yo estaré criando malvas, pero alguien descubrirá mi
colección de cuerpos emparedados. En fin, es a lo que me dedico…
No cabe duda de que este tipo tiene que ser el presidente de su comunidad de vecinos, o proponerlo para defensor del pueblo.;)
ResponderEliminarJa, ja, ja, ja. Muy buena idea. Se lo diré cuando lo vea . Saludos.
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