El final
Aquella infausta relación no presagiaba nada bueno…
Los vecinos cada poco llamaban a la policía y ver varios coches aparcados enfrente del portal ya era algo habitual. El tipo salía esposado, pero volvía de nuevo a casa. Ella, aun estando vilipendiada y mancillada delante de todos, con marcas de golpes y arañazos, seguía sin denunciarlo. Era su marido y que los demás nos metiéramos en nuestros asuntos.
El verano pasado fue especialmente tórrido y las ventanas abiertas nos hacían partícipes de las tropelías del maltratador…
Al oír los gritos infantiles, me tiré por las escaleras.
Escuché farfullar a alguien. Un niño tenía su mirada límpida, fija en cada vez más grande charco de sangre…
25/01/2023, Gijón
✍️Como en pocas palabras se dice todo. 👏👏💯TATIANA
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Personalmente, no me gusta adornar demasiado un relato. Un saludo, nos vemos por aquí.
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