10 de marzo de 2023

El Nuevo Mundo

 El nuevo mundo


   Apareció en la Isla después de un naufragio. Se salvó, dejándose arrastrar por el ineluctable mar, agarrado a un pecio. Ahí, oculto al ojo ajeno, había un pueblucho de pescadores, piratas y putas, y que ahora era su hogar. Nadie sabía su verdadero nombre ni su procedencia. Lo llamaron Juan el Perdido.
   Después de muchos años él ya era contramaestre de la “Viuda Negra”, que surcaba aquellas latitudes en busca de tesoros y haciendo algún que otro trabajillo para la Corona. Juan conservaba todavía la mirada de un nefelibata, pero las muchas cicatrices que llevaba con orgullo mostraban el precio de aquella vida.
   Hoy celebraban la vuelta a casa, sin bajas y con un considerable botín.
   Acarició el morro de su caballo por debajo de la serreta y lo amarró a la aldaba, cerca de una pérgola llena de fragantes rosas. Entró en la taberna. Los presentes lo recibieron con risas y el jolgorio. La rolliza Mercedes salió detrás de la barra y le plantó un sonoro ósculo en la boca después de esconder los refulgentes doblones en el refajo de su inmensa falda.
   Cada poco algún parroquiano con pocas ganas de vivir abusaba de su paciencia, retándolo a pelear. Y esta vez no era diferente. Después una certera estocada bajo el esternón, el tipo quedó soleándose en la polvorienta calle. Los pequeños ladronzuelos le vaciaron los bolsillos en un abrir y cerrar de ojos.
 













                      
                                                                                                                         10/12/2022, Gijón

                    
Ineluctable - ineludible
Nefelibata - soñador
Serreta - una pieza del correaje de la cabeza de un equino




2 comentarios:

  1. Me encanta la historia de ese pirata de mar dice su historias de hombres duros y mujeres fuertes y valientes

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  2. Me alegro mucho que le haya gustado. Un saludo.

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